Las calles están solas, todas las puertas cerradas y el viento sopla fuerte silbando en los cristales. Parece que no hay nadie, la noche llega y en la tarde casi oscura,
mis pasos se apresuran buscando algún refugio en tantas soledades.
No hay luces en las casas, no hay luces en la calle, no hay ruidos, no hay llantos, la ciudad quedó oscura y callada.
El viento cesó y comenzó el silencio, un silencio plano y afónico como en el mundo de los muertos.
Es tarde, estoy cansado, y sin embargo el sueño no llega.
Estoy en una plaza con plantas y con flores, sin viento sin ruidos, sin olores.
El cielo oscuro no deja ver estrellas y siento que mi alma se ha quedado sola;
Por que! por que te fuiste sin decirme nada? sin dejar que te viese, sin verme en tu mirada?
Sin ti no puedo proseguir, todo se nubla y todo es nada. No brillan las estrellas, no hay fuentes ni riachuelos, ni voces en el puente, ni luces en las casas, ni flores con olores.
Todo está opaco, siniestro , sumergido; Y como tu no estás, yo seguiré viviendo en este olvido.
Besos para tu alma.
ALMA DE TI Y DE LOS OTROS.
Soy eterea, callada y escondida
soy un cofre que alberga noche y día,
soy tu almohada, tus nocturnos y tus algarabías.
Voy contigo de la mano por caminos de flores y de espinas
por los caminos del llanto, de la risa y el quebranto,
Soy un suspiro en la brisa de amaneceres radiantes y
Soy ruda, amarga y estresante, melancolica, pensante.
Soy un río para que tú me navegues con tus velas y tus ansias
con tu fuerza, tu coraje y tu costancia; soy esponja de amores y dolores
cuando buscas horizontes, cuando buscas ternura o escuchas cantos de silsontes.
Soy viajera, sedienta de raíces.
soy éfimera y quimera, soy nostalgia que cura cicatrices,
Soy arena de mar en sal disuelta
soy historia de huracanes, de vientos y de brisas, de perfumes que fueron en la siesta
y perfumes que arrancan tu sorisa.
soy un cofre que alberga noche y día,
soy tu almohada, tus nocturnos y tus algarabías.
Voy contigo de la mano por caminos de flores y de espinas
por los caminos del llanto, de la risa y el quebranto,
Soy un suspiro en la brisa de amaneceres radiantes y
Soy ruda, amarga y estresante, melancolica, pensante.
Soy un río para que tú me navegues con tus velas y tus ansias
con tu fuerza, tu coraje y tu costancia; soy esponja de amores y dolores
cuando buscas horizontes, cuando buscas ternura o escuchas cantos de silsontes.
Soy viajera, sedienta de raíces.
soy éfimera y quimera, soy nostalgia que cura cicatrices,
Soy arena de mar en sal disuelta
soy historia de huracanes, de vientos y de brisas, de perfumes que fueron en la siesta
y perfumes que arrancan tu sorisa.
Soy pañuelo para enjugar tus lágrimas
Soy confusa, me empaño y me estravío escuchando de ti los sueños rotos...
Soy el Alma....de ti y de los otros.
Os devuelvo los besos
ALGO DE ESTRÉS O DE CANSANCIO.
Es tarde y tengo sueño, en mi alma hay un abismo.
Estoy rodeado de sombras que parecen rostros.
En la ventana se oyen ruidos, como crujidos de papel,
No sé... quizá sea el viento.
La vida que siempre está expuesta a luz y sombra
También se expone a la congoja y a la muerte.
.
Y el orbe... el orbe está indecente, la capital enloquecida.
No sabemos si la culpa es de la luz o de la sombra
Es como si alcanzáramos un tiempo indebido.
La poesía se aleja... se desorbitan los ojos tornándose las manos temblorosas.
Mañana los caminos tendrán polvo y trazaré mis huellas en la huida, de un día de desdichas y cansancio.
Estoy rodeado de sombras que parecen rostros.
En la ventana se oyen ruidos, como crujidos de papel,
No sé... quizá sea el viento.
La vida que siempre está expuesta a luz y sombra
También se expone a la congoja y a la muerte.
.
Y el orbe... el orbe está indecente, la capital enloquecida.
No sabemos si la culpa es de la luz o de la sombra
Es como si alcanzáramos un tiempo indebido.
La poesía se aleja... se desorbitan los ojos tornándose las manos temblorosas.
Mañana los caminos tendrán polvo y trazaré mis huellas en la huida, de un día de desdichas y cansancio.
QUIERO QUE SEPAS PEQUEÑA

Quiero que sepas pequeña lo que quizás algún día,
te contaron de otra forma sin saber que no entendías.
Vas a saber lo que quiero,
que soy poeta y me muero por enseñarte en la vida,
y hasta el por que de la luz que a lo lejos da el lucero,
y hasta por que me desvivo cuando andaregueando el monte,
busco calmarme la sed con agua de tinajero.
Sabrás también hija mía, lo bello que es el amor,
el amor sincero y dado, sin que lo abrase el pecado
ni lo atormente el rencor.
Sabrás por que en los caminos se encuentran piedras tan grandes,
que al tropiezo nos dan sangre y nos enseñan mejor.
Sabrás que somos amigos, y que entre tu vida y yo,
sólo existe un breve espacio del tamaño de una flor.
Grande sería mi pecado si me callara en tu voz,
si me cruzara de brazos para verte caminar,
si por caminos tortuosos te dejara despeñar.
Eres cual polen de flores que en el aire se remonta,
y al soplo de alientos vas encausando tu camino,
Sabrás también que el timón que de tu mano voltea,
tiene huellas de tu padre y los versos de un amigo.
Sabrás también hija mía que una lágrima conmueve,
Que una risa al aire estalla y una tristeza nos cala,
y que es bonito y sabroso cobijarnos cuando llueve.
Sabrás de grande que un hijo deja por dentro la huella,
que forma savia en el tallo y que su luz es de estrella.
Que cuando llantos escuchen pensarás que son sus llantos,
Buscarás cosas de estuche y recurrirás al canto;
Será tu vida, claro!! Lo amarás tanto.
Temblarás hija mía, cuando al parecer sobre una ola,
una cabeza pequeña a lo lejos se hunde sola.
Y en el trapecio de un parque se le deslice la mano,
o en la rodilla sangrienta verás que se forma el grano.
Sabrás también hija mía lo lindo de las palabras,
las palabras sin castigo que en la niñez recibiste,
Sabrás lo lindo que es ver al pájaro que en la mano,
en confianza come alpiste.
RECUERDOS DE MI INFANCIA
En el aire se conjuga el color y olor de la mañana, y un jardín nos deleita bajo la sombra de las
nubes.
Allí despierta la casa en el frescor del día, con ajetreos y cantos, y también con mil quietudes.
Era un despertar de alegre campo con la brisa tornando en las ventanas, con el agua corriendo entre las piedras en el torrente suave de quebradas.
Con los pájaros saltando de sus nidos y los peones marchando a sus quehaceres, con la luz de aquel sol desprevenido sobre la espalda y manos de hombres y deberes.
Recuerdo el patio de mi infancia con jazmines, muy cerca del camino donde mi abuelo llegaba con su caballo y enjalme, con sudor de los trajines.
A mi madre caminando en la sombra y corredores, con mi fresca inocencia de las noches y sus terribles momentos sin amores.
Era una casa de aleros, de empedrados, de ladrillos, de oscuridad y de miedos. Con canto y grillos siniestros, con estrellas y luceros.
Era de paz, de angustia, de tormentos; y de silencios que tibios se transformaron en miedos.
Una casa solariega en un cruzar de caminos, donde había huertas y frutos, muchos frutos de lechosas, naranjos y mandarinos.
Un potreo y muchas vacas, caminos de vecindad, caminos de gente alegre que bajan para comprar.
Los domingos era fiesta. Toda la gente bajaba,
y se llenaba el camino y se llenaba el corral, y se llenaba de cestas los corredores y el patio, y los perfumes molestos se esparcían por el lugar.
Todos marchaban a misa, y en la casa, soledad.
Y un silencio con la espera se mitigaba en la brisa, cuando de pronto un murmullo a la hora y en la mesa se aprestaban a almorzar.
Luego partían con aperos, con canastas y sombreros,
serpenteaban el camino que bordeaba la quebrada con sus sobrillas de trapo, con caballos y talegos. Con su adiós de vuelvo pronto, con su adiós de un hasta luego.
Recuerdo siempre las noches cuando los grillos cantaban entretejiendo un quejido que prolongaba el silencio, un silencio que arañaba, que entrecortaba el suspiro y el pensamiento cortaba
A la mañana siguiente el aire se juntaba con el sol y con las sombras, con ajetreos y quietudes, con el agua corriendo entre las piedras, con los pájaros saltando de sus nidos, con los hombres marchando a sus quehaceres bajo la luz de aquel sol desprevenido.
Allí despierta la casa en el frescor del día, con ajetreos y cantos, y también con mil quietudes.
Era un despertar de alegre campo con la brisa tornando en las ventanas, con el agua corriendo entre las piedras en el torrente suave de quebradas.
Con los pájaros saltando de sus nidos y los peones marchando a sus quehaceres, con la luz de aquel sol desprevenido sobre la espalda y manos de hombres y deberes.
Recuerdo el patio de mi infancia con jazmines, muy cerca del camino donde mi abuelo llegaba con su caballo y enjalme, con sudor de los trajines.
A mi madre caminando en la sombra y corredores, con mi fresca inocencia de las noches y sus terribles momentos sin amores.
Era una casa de aleros, de empedrados, de ladrillos, de oscuridad y de miedos. Con canto y grillos siniestros, con estrellas y luceros.
Era de paz, de angustia, de tormentos; y de silencios que tibios se transformaron en miedos.
Una casa solariega en un cruzar de caminos, donde había huertas y frutos, muchos frutos de lechosas, naranjos y mandarinos.
Un potreo y muchas vacas, caminos de vecindad, caminos de gente alegre que bajan para comprar.
Los domingos era fiesta. Toda la gente bajaba,
y se llenaba el camino y se llenaba el corral, y se llenaba de cestas los corredores y el patio, y los perfumes molestos se esparcían por el lugar.
Todos marchaban a misa, y en la casa, soledad.
Y un silencio con la espera se mitigaba en la brisa, cuando de pronto un murmullo a la hora y en la mesa se aprestaban a almorzar.
Luego partían con aperos, con canastas y sombreros,
serpenteaban el camino que bordeaba la quebrada con sus sobrillas de trapo, con caballos y talegos. Con su adiós de vuelvo pronto, con su adiós de un hasta luego.
Recuerdo siempre las noches cuando los grillos cantaban entretejiendo un quejido que prolongaba el silencio, un silencio que arañaba, que entrecortaba el suspiro y el pensamiento cortaba
A la mañana siguiente el aire se juntaba con el sol y con las sombras, con ajetreos y quietudes, con el agua corriendo entre las piedras, con los pájaros saltando de sus nidos, con los hombres marchando a sus quehaceres bajo la luz de aquel sol desprevenido.
BUSCANDONOS
En la tarde casi oscura te vi fluir casi desnuda
por los abismos de todo un infinito.
Porque se que me buscas perdido entre la gente,
levantaré mis brazos para que no me pierdas en silencios.
Y te encontraré en las calles dibujadas de mi mente
mirándote venir desde el ocaso
Aquí en mis pensamientos guardaronse tus huellas.
Aquí mi pensamiento cubierto está de ti,
y mi alma está surcada de paz y sin querellas
de no olvidarte nunca porque estás en mi.
Seré la estrella surgida de cenizas
besadas por el canto de peces en el mar
y emergeré al espacio para alumbrar tus noches,
noches de plenilunio,
y de aguas llenas deseándote encontrar.
Y buscaré tus pasos en los caminos de piedra
bañados cual alfombra en hojas del otoño
y encontraré en tus brazos gemidos y susurros
de rojos pasionales.
De tu piel húmeda absorberé deseos regados por la luna
para quedarme siempre en tu mirada
antes que el diluvio convierta el amor en marejada.
Recibe un beso en tu alma.
por los abismos de todo un infinito.
Porque se que me buscas perdido entre la gente,
levantaré mis brazos para que no me pierdas en silencios.
Y te encontraré en las calles dibujadas de mi mente
mirándote venir desde el ocaso
Aquí en mis pensamientos guardaronse tus huellas.
Aquí mi pensamiento cubierto está de ti,
y mi alma está surcada de paz y sin querellas
de no olvidarte nunca porque estás en mi.
Seré la estrella surgida de cenizas
besadas por el canto de peces en el mar
y emergeré al espacio para alumbrar tus noches,
noches de plenilunio,
y de aguas llenas deseándote encontrar.
Y buscaré tus pasos en los caminos de piedra
bañados cual alfombra en hojas del otoño
y encontraré en tus brazos gemidos y susurros
de rojos pasionales.
De tu piel húmeda absorberé deseos regados por la luna
para quedarme siempre en tu mirada
antes que el diluvio convierta el amor en marejada.
Recibe un beso en tu alma.
ASI TE QUIERO AMAR
.
Señor, Dios del universo, tu sabes cuanto te amo y como en ti pienso.
No quiero emular a los que hablan en tu nombre, solo quiero entenderte con mis versos.
Y a través de los bosques que silentes nos dan sombra, de las aguas sonoras del mar, y la espuma entre piedras de ríos cantarines, así te quiero amar.
Y amaré tu silencio de los cielos
de las noches de estrellas del desierto,
en las cosas que dices cuando amas, y en el lenguaje mudo de los muertos.
Y amaré mi señor todo tu mundo impregnado de luz resplandeciente,
Con tu idioma de flores y de piedras en riachuelos que pasan bajo el puente.
Tu lenguaje es muy simple y muy risueño.
Te comprendo señor en la hermosura,
En las almas que acogen tus preceptos y en el alma del hombre con sus sueños.
Gerardo Omaña Márquez
Señor, Dios del universo, tu sabes cuanto te amo y como en ti pienso.
No quiero emular a los que hablan en tu nombre, solo quiero entenderte con mis versos.
Y a través de los bosques que silentes nos dan sombra, de las aguas sonoras del mar, y la espuma entre piedras de ríos cantarines, así te quiero amar.
Y amaré tu silencio de los cielos
de las noches de estrellas del desierto,
en las cosas que dices cuando amas, y en el lenguaje mudo de los muertos.
Y amaré mi señor todo tu mundo impregnado de luz resplandeciente,
Con tu idioma de flores y de piedras en riachuelos que pasan bajo el puente.
Tu lenguaje es muy simple y muy risueño.
Te comprendo señor en la hermosura,
En las almas que acogen tus preceptos y en el alma del hombre con sus sueños.
Gerardo Omaña Márquez
DIVAGACIONES
Cuando solo en mi ventana desplegando lugares tan ignotos
mi alma se confunde, se empaña y se extravía...
y en la brisa del retorno con las alas cansadas todavía,
siento la plenitud de haber vivido todo...hasta mis sueños rotos.
Tu musa apareció volando inquieta y bailarina
y bailaron tus palabras brillosas y celestes despertando mi musas cantarinas.
Y así despertará por siempre en tus balcones
amando como amas sin razones y dejando tu luz que así nos brilla.
Cuando rebelde estés sobre mi alma
y no adornes para siempre en mis pupilas ,
aún cuando te escondas serás mi eterna calma- poesía,
con tus secretos de la noche... luna mía.
Cuanto volaron tus musas que en silencio
te posaste en la cima de mis días,
de mis versos, de mis noches y de mis algarabías.
De mi fé enfrentada con la vida admitiendo pasiones y volcanes,
de la intriga y mis curiosidades.
Y es tanto mi entusiasmo, mi euforia y mi alegría que se aleja la duda ,
y no hay lugar para apatías.
Y ahora con mi verdad que no se esconde,
sin soberbia cantaré como otros,
cantaré con la fe de mi locura como se ama cada día,
de como el viento parece llamar junto a mi puerta
para entregarme aromas de libertad y de osadías.
Y así acabará mi angustia sumida en la espesura,
desplazando crueldades, injusticias y mentiras.
Me quedaré con el amor colgado de la luna y acompañado siempre de locura.
Aún cuando te lleguen hirientes las palabras,
no hay anclas que resistan tu fe de caminar,
y serán tuyos los pasos que te labras
y tuyas las horas de un nuevo despertar.
Serán tuyas las ansias, tuyo el recuerdo de noches en la almohada
con lagrimas cuajadas de amor y de dolor.
Será tuyo el avance que en vuelo cada día
perfumes en la brisa buscando un arrebol,
se extinguirá la prisa que un día te dejaron
para saber que entonces existe un nuevo amor.
Recibe un beso en tu alma.
mi alma se confunde, se empaña y se extravía...
y en la brisa del retorno con las alas cansadas todavía,
siento la plenitud de haber vivido todo...hasta mis sueños rotos.
Tu musa apareció volando inquieta y bailarina
y bailaron tus palabras brillosas y celestes despertando mi musas cantarinas.
Y así despertará por siempre en tus balcones
amando como amas sin razones y dejando tu luz que así nos brilla.
Cuando rebelde estés sobre mi alma
y no adornes para siempre en mis pupilas ,
aún cuando te escondas serás mi eterna calma- poesía,
con tus secretos de la noche... luna mía.
Cuanto volaron tus musas que en silencio
te posaste en la cima de mis días,
de mis versos, de mis noches y de mis algarabías.
De mi fé enfrentada con la vida admitiendo pasiones y volcanes,
de la intriga y mis curiosidades.
Y es tanto mi entusiasmo, mi euforia y mi alegría que se aleja la duda ,
y no hay lugar para apatías.
Y ahora con mi verdad que no se esconde,
sin soberbia cantaré como otros,
cantaré con la fe de mi locura como se ama cada día,
de como el viento parece llamar junto a mi puerta
para entregarme aromas de libertad y de osadías.
Y así acabará mi angustia sumida en la espesura,
desplazando crueldades, injusticias y mentiras.
Me quedaré con el amor colgado de la luna y acompañado siempre de locura.
Aún cuando te lleguen hirientes las palabras,
no hay anclas que resistan tu fe de caminar,
y serán tuyos los pasos que te labras
y tuyas las horas de un nuevo despertar.
Serán tuyas las ansias, tuyo el recuerdo de noches en la almohada
con lagrimas cuajadas de amor y de dolor.
Será tuyo el avance que en vuelo cada día
perfumes en la brisa buscando un arrebol,
se extinguirá la prisa que un día te dejaron
para saber que entonces existe un nuevo amor.
Recibe un beso en tu alma.
SE FUE LA PRIMAVERA
Me dices que quieres volver?... quizá ya no sea bueno
Lo que pasa es que estoy triste y entonces sería vano...
Ya no tengo ilusiones, ni fe
Lo que pasa es que estoy triste y entonces sería vano...
Ya no tengo ilusiones, ni fe
y mi alma es un desierto entre tus manos.
Quizás arrepentida no veas mis tinieblas,
Quizás arrepentida no veas mis tinieblas,
mis ruinas, mis desechos
y es por eso que entonces en mi pecho no encontrarías amor.
Mejor es que te alejes callada y dulcemente,
y es por eso que entonces en mi pecho no encontrarías amor.
Mejor es que te alejes callada y dulcemente,
para que no te hiera el desamor.
Ya el tiempo transcurrió sin que estuvieras,
Ya el tiempo transcurrió sin que estuvieras,
ya se fueron de mí las primaveras,
y un invierno marchito y solitario
me cansó de esperar a que vinieras
Ya mi alma tan triste y solitaria
Ya mi alma tan triste y solitaria
parece que la cubre una neblina,
No es preciso mi bien..., sigue tranquila.
Que aun me amas dices? No creas.
Quien sabe si no ves las cicatrices
Que tu ausencia formó sin que me vieras.
De cómo mi alma quedó con sueños rotos,
No es preciso mi bien..., sigue tranquila.
Que aun me amas dices? No creas.
Quien sabe si no ves las cicatrices
Que tu ausencia formó sin que me vieras.
De cómo mi alma quedó con sueños rotos,
y mi fe turbada y destrozada.
Ve tranquila... ya de mi alma se fue la primavera.
Ve tranquila... ya de mi alma se fue la primavera.
EL DIA EN QUE YO MUERA
El día en que yo muera no habrá cansancio ni hastío,
Ni sol ardiente, ni sudor en mi frente.
No habré dejado de mirar el bosque
Ni de sentir la lluvia en el tejado. Habré susurrado una canción que suavemente llegará hasta mis hijos como un halo.
El día en que yo muera sentiré más amor por lo que he amado;
Y no sentiré dolor a mi manera, de las cosas fueron y pasaron.
Y volaré el recuerdo de estrellas infinitas brotando de tus dedos y tus manos hija mia.
Volaré por el bosque y las montañas recordando el verdor de tus quehaceres hijo mó.
El día en que yo muera sembraré un pensamiento entre las rocas, y será tales ves, a mi manera, un modo de quererte amada esposa,
Un modo de dejar petrificado el amor que sembraste en mis pupilas, en las ansias benditas de mi boca y las horas felices de mi vida.
Un modo de decirte lo mucho que te amo cuando cierre los ojos prendido de tus manos.
Cuando vuele feliz mi pensamiento por las cosas bonitas que me has dado, por la sombra feliz de tu existencia, por los bellos momentos,
y tu dulce perdón de mis pecados.
Antes de partir, mi Dios! Te pido tiempo, para acabar la melodía que en mis susurros ha sido canto de amor hacia otra gente.
A los niños del mundo que he amado inmensamente.
A sus gritos traviesos que alegraron mi alma y sus besos dorados que besaron mi frente.
A labriegos del campo bajo el sol inclemente, mitigando el sudor que trasudan sus frentes en la lucha infinita.
A los viejos que gimen desamor como un luto en la ausencia y la espera de un amor cualquiera para morder su fruto.
Gracias Señor por tu paciencia, por tu gracia bendita que derramas,
Por tus ojos de luz para mi vida
Y la fuerza infinita que me inspiras.
Por tu amor desplegado en esta tierra
a la gente que anhela y que suspira,
por los ricos, medianos y más chicos
que se bañan de amor en agua viva.
El día en que yo muera, moriré por amor, así es mi vida.
Ni sol ardiente, ni sudor en mi frente.
No habré dejado de mirar el bosque
Ni de sentir la lluvia en el tejado. Habré susurrado una canción que suavemente llegará hasta mis hijos como un halo.
El día en que yo muera sentiré más amor por lo que he amado;
Y no sentiré dolor a mi manera, de las cosas fueron y pasaron.
Y volaré el recuerdo de estrellas infinitas brotando de tus dedos y tus manos hija mia.
Volaré por el bosque y las montañas recordando el verdor de tus quehaceres hijo mó.
El día en que yo muera sembraré un pensamiento entre las rocas, y será tales ves, a mi manera, un modo de quererte amada esposa,
Un modo de dejar petrificado el amor que sembraste en mis pupilas, en las ansias benditas de mi boca y las horas felices de mi vida.
Un modo de decirte lo mucho que te amo cuando cierre los ojos prendido de tus manos.
Cuando vuele feliz mi pensamiento por las cosas bonitas que me has dado, por la sombra feliz de tu existencia, por los bellos momentos,
y tu dulce perdón de mis pecados.
Antes de partir, mi Dios! Te pido tiempo, para acabar la melodía que en mis susurros ha sido canto de amor hacia otra gente.
A los niños del mundo que he amado inmensamente.
A sus gritos traviesos que alegraron mi alma y sus besos dorados que besaron mi frente.
A labriegos del campo bajo el sol inclemente, mitigando el sudor que trasudan sus frentes en la lucha infinita.
A los viejos que gimen desamor como un luto en la ausencia y la espera de un amor cualquiera para morder su fruto.
Gracias Señor por tu paciencia, por tu gracia bendita que derramas,
Por tus ojos de luz para mi vida
Y la fuerza infinita que me inspiras.
Por tu amor desplegado en esta tierra
a la gente que anhela y que suspira,
por los ricos, medianos y más chicos
que se bañan de amor en agua viva.
El día en que yo muera, moriré por amor, así es mi vida.
PARA QUE TU ME ENTENDIERAS (carta)
Para que tú me entendieses escribí muchas palabras,
y sin embargo el silenció ayudó.
Para que tú me entendieses, abrí al mundo un paraje
de montañas y de ríos, y también una fuga, una vuelta al recodo del rocío.
Me llené de brisas y luceros;
y andaregueando el monte; desafié soledades y calmé mi sed con agua de tinajeros.
Tú en cambio infeliz vivías los días y un grito de silencios te rodeaba, eras quizá la niña mas deseada en las lagrimas fugases de la almohada.
Para que tú me entendieses plasmé equilibrios de alegrías y tristezas,
te hablé de todo, de todo el amor que conocía.
de las cosas que forman nuestras vidas, de las cosas que en tu infancia hiciste, y del pájaro que en la mano, en confianza come alpiste.
Te amé emotivo con filosofías de impaciencia, y te amó hoy con la madurez del niño que aprende nuevas letras.
Tú me enseñaste el camino, tú me mostraste lo adverso,
y así en tus juegos de niña yo fui aprendiendo los versos,
para mostrarte en mis manos, un lazo de amor paterno
que enjugue en tus pensamientos la brisa de los recuerdos.
Y un fuerte viento cargado de aromas para el presente
Para que cante en tu mente la alegría y la paciencia,
la luz y la templanza, la búsqueda de ti, el amor por la esperanza.
Tu seguridad, tu propio yo,
tu crecimiento interior en aras de algo bello, la confianza.
Esto es vivir con más vivencia, esto es vivir sin desconfianza,
es la fuerza que emancipa, y hoy ya mujer, nos une para vivir mejor.
Ya pasaron las noches y los días
Ya el viento cargado descansó
y hoy tus alas revisten nuevas fuerzas
para marcar el rumbo de los dos.
Sé tú misma en el aire tarareando una canción,
Vuela altiva, vuela airosa, no desmayes en el paso bajo el sol.
Y desde allí calla, calla para que nadie te envidie,
porque tu vida es tan tuya como tu alma y tu fe.
Y cuando escuches al viento gemir junto a tu pecho, dile a tu alma ¡¡despierta!!
Vamos a tomar conciencia, dile a tu cuerpo basta de soñar,
Empina tus miembros y deja que tu sangre recorra alegremente lo que quizá con tu mente quisieras detener.
Llegó la hora del pensar, es la encrucijada del momento,
Se te avecina un mundo que tiene mil encantos,
¡Todo es falso!
Se te avecina un mundo que adormece en el vaivén de las cosas que florecen, son todas nuevas y has de aprender; pero son tuyas. Te pertenecen.
Llegó la hora del pensar y sin embargo me alegro que no pienses.
Has de vivir para aprender, y desde el vuelo azul que hoy te pertenece, valorarás la isla donde la hierva crece, y es allí donde estaré, donde quizá te alegrará encontrarme; y con los lazos de amor que tu formaste se encantará mi alma de mirarte....se encantará mi alma de mirarte.
y sin embargo el silenció ayudó.
Para que tú me entendieses, abrí al mundo un paraje
de montañas y de ríos, y también una fuga, una vuelta al recodo del rocío.
Me llené de brisas y luceros;
y andaregueando el monte; desafié soledades y calmé mi sed con agua de tinajeros.
Tú en cambio infeliz vivías los días y un grito de silencios te rodeaba, eras quizá la niña mas deseada en las lagrimas fugases de la almohada.
Para que tú me entendieses plasmé equilibrios de alegrías y tristezas,
te hablé de todo, de todo el amor que conocía.
de las cosas que forman nuestras vidas, de las cosas que en tu infancia hiciste, y del pájaro que en la mano, en confianza come alpiste.
Te amé emotivo con filosofías de impaciencia, y te amó hoy con la madurez del niño que aprende nuevas letras.
Tú me enseñaste el camino, tú me mostraste lo adverso,
y así en tus juegos de niña yo fui aprendiendo los versos,
para mostrarte en mis manos, un lazo de amor paterno
que enjugue en tus pensamientos la brisa de los recuerdos.
Y un fuerte viento cargado de aromas para el presente
Para que cante en tu mente la alegría y la paciencia,
la luz y la templanza, la búsqueda de ti, el amor por la esperanza.
Tu seguridad, tu propio yo,
tu crecimiento interior en aras de algo bello, la confianza.
Esto es vivir con más vivencia, esto es vivir sin desconfianza,
es la fuerza que emancipa, y hoy ya mujer, nos une para vivir mejor.
Ya pasaron las noches y los días
Ya el viento cargado descansó
y hoy tus alas revisten nuevas fuerzas
para marcar el rumbo de los dos.
Sé tú misma en el aire tarareando una canción,
Vuela altiva, vuela airosa, no desmayes en el paso bajo el sol.
Y desde allí calla, calla para que nadie te envidie,
porque tu vida es tan tuya como tu alma y tu fe.
Y cuando escuches al viento gemir junto a tu pecho, dile a tu alma ¡¡despierta!!
Vamos a tomar conciencia, dile a tu cuerpo basta de soñar,
Empina tus miembros y deja que tu sangre recorra alegremente lo que quizá con tu mente quisieras detener.
Llegó la hora del pensar, es la encrucijada del momento,
Se te avecina un mundo que tiene mil encantos,
¡Todo es falso!
Se te avecina un mundo que adormece en el vaivén de las cosas que florecen, son todas nuevas y has de aprender; pero son tuyas. Te pertenecen.
Llegó la hora del pensar y sin embargo me alegro que no pienses.
Has de vivir para aprender, y desde el vuelo azul que hoy te pertenece, valorarás la isla donde la hierva crece, y es allí donde estaré, donde quizá te alegrará encontrarme; y con los lazos de amor que tu formaste se encantará mi alma de mirarte....se encantará mi alma de mirarte.
DESPEDIDA DE AMOR Y DE DOLOR
Despedida de amor y de dolor
Quiero escribir esta vez con voz serena,
tranquilo, ligero, siguiendo el compás del viento,
que no se noten mis huellas en la arena.
Ya no sienten tus venas el impulso de sangre a borbotones,
ya no oyes los cantos de sirenas,
ya se marchan las aves y tras vuelos,
se despiden de amor las almas buenas.
Ya los cantos gimieron en el pecho,
ya corrieron los años y los velos,
y una almohada muy grande y espumosa,
acaricia en las noches mi desvelo.
Ya la mente se aclara cual los ríos,
dejando atrás las aguas turbias de la arena,
ya diviso sus rocas tan profundas,aplastando el amor y toda pena.
Ya comienza el silencio a tomar nombre,
ya no fluyen palabras en el aire,
cuando cerca, mirándonos los ojos,
contenemos la brisa del desaire.
Ya pasaron las noches con sus versos,
con luciérnagas posando sobre hiervas,
y el titilar de la estrella sigue siempre
aún cuando tu no sientas un amor incandescente.
Ya las flores de tu herida, dejan la sangre en el monte,
y hoy cansada y aburrida
con los labios de amor en el recuerdo,
precipitas la lluvia, para ocultar entonces.
Como será el lenguaje de los amores mudos,
Como serán las almas con vestido,
yo sé amar parafraseando,
con el latir del corazón desnudo.
Ayer sopló la brisa un canto nuevo,
un aletear de aves que se alejan,
un sentir de los dos pero con miedo,
de congelar el frío que nos llega.
¡OH! Si tú pudieras contemplar desde mi alma
el paisaje de amor con que te quiero.
Ya no siento el camino de la gloria,
ya no estamos los dos tan frente a frente
pues nos rige la pauta tu memoria.
Ya el bosquejo se esfuma tras el soplo,
ya las noches de amor desarticulan;
todo viento recoge lo que acoplo
y no hay esperanza que nos una.
Ya el mundo de colores que antes te decía,
no es igual que mi alegría,
y el mundo que en las tardes me enloquece,
en las noches de insomnio y de tristeza
dejan caer la lágrima, hermana de la melancolía.
¡Ho! intelectual belleza de amor con que me quieres,
es difícil encontrar por tantos lares,
la bondad de servir como tú eres.
Te despliegas sutil y penetrante,
te enalteces de fe por mis querellas
pero triste quizá lagrimas botes
porque tu amor no da luz como la estrella.
Vivimos juntos un reducto triste un espacio de plantas y de flores,
una jaula de oro con alpiste y un camino de luchas por amores.
Somos savia que inunda paso a paso el camino de espinas de la vida,
somos la brisa de llanto y espinazo para regar el mundo que nos mira.
Quiero enredar mis manos en tus manos,
quiero enlodarte del sucio amor desnudo y loco,
quizá amemos los dos las mismas cosas
y estamos cerca quizás tan solo un poco.
El viento ya gime por las costas,
ya viene cargado de montañas
y este amor grande y sereno se une a él
para encontrar tus brazos.
Quiero escribir esta vez con voz serena,
tranquilo, ligero, siguiendo el compás del viento,
que no se noten mis huellas en la arena.
Ya no sienten tus venas el impulso de sangre a borbotones,
ya no oyes los cantos de sirenas,
ya se marchan las aves y tras vuelos,
se despiden de amor las almas buenas.
Ya los cantos gimieron en el pecho,
ya corrieron los años y los velos,
y una almohada muy grande y espumosa,
acaricia en las noches mi desvelo.
Ya la mente se aclara cual los ríos,
dejando atrás las aguas turbias de la arena,
ya diviso sus rocas tan profundas,aplastando el amor y toda pena.
Ya comienza el silencio a tomar nombre,
ya no fluyen palabras en el aire,
cuando cerca, mirándonos los ojos,
contenemos la brisa del desaire.
Ya pasaron las noches con sus versos,
con luciérnagas posando sobre hiervas,
y el titilar de la estrella sigue siempre
aún cuando tu no sientas un amor incandescente.
Ya las flores de tu herida, dejan la sangre en el monte,
y hoy cansada y aburrida
con los labios de amor en el recuerdo,
precipitas la lluvia, para ocultar entonces.
Como será el lenguaje de los amores mudos,
Como serán las almas con vestido,
yo sé amar parafraseando,
con el latir del corazón desnudo.
Ayer sopló la brisa un canto nuevo,
un aletear de aves que se alejan,
un sentir de los dos pero con miedo,
de congelar el frío que nos llega.
¡OH! Si tú pudieras contemplar desde mi alma
el paisaje de amor con que te quiero.
Ya no siento el camino de la gloria,
ya no estamos los dos tan frente a frente
pues nos rige la pauta tu memoria.
Ya el bosquejo se esfuma tras el soplo,
ya las noches de amor desarticulan;
todo viento recoge lo que acoplo
y no hay esperanza que nos una.
Ya el mundo de colores que antes te decía,
no es igual que mi alegría,
y el mundo que en las tardes me enloquece,
en las noches de insomnio y de tristeza
dejan caer la lágrima, hermana de la melancolía.
¡Ho! intelectual belleza de amor con que me quieres,
es difícil encontrar por tantos lares,
la bondad de servir como tú eres.
Te despliegas sutil y penetrante,
te enalteces de fe por mis querellas
pero triste quizá lagrimas botes
porque tu amor no da luz como la estrella.
Vivimos juntos un reducto triste un espacio de plantas y de flores,
una jaula de oro con alpiste y un camino de luchas por amores.
Somos savia que inunda paso a paso el camino de espinas de la vida,
somos la brisa de llanto y espinazo para regar el mundo que nos mira.
Quiero enredar mis manos en tus manos,
quiero enlodarte del sucio amor desnudo y loco,
quizá amemos los dos las mismas cosas
y estamos cerca quizás tan solo un poco.
El viento ya gime por las costas,
ya viene cargado de montañas
y este amor grande y sereno se une a él
para encontrar tus brazos.
AMOR SUBLIME
Tú llegaste allí en el momento
Justo para que el mundo no olvidara los rasgos del amor más sublime.
Ahora entiendo porque Dios hizo la luz como tus ojos
Tu amada mía llenas todos los rincones de mi alma.
Por eso formas el universo
Pletorito de estrellas.
Por eso tu luz enciende mi alma,
Y es tanto el calor con que te amo
que estoy ardiendo en llamaradas
Llamaradas de luz veras un día
para que todo lo que exista
resurja con tu encanto y tu alegría.
confía en mi para sembrar
semillas del mañana, Vamos a trillar la tierra y adornemos
el mundo con sus frutos, tengo canastos que pueden ser llenados,
aromas y flores para el pensamiento
y agua del río para la herida que llegue a tu costado.
Quiero morar tu corazón desnudo,
recostarme en tu vientre y escuchar los murmullos
del beso febril que te hayan dado.
Yo te llevé hasta el mar. No estabas sola
y te llevé en mis brazos
para que tus pies no se quemaran en la arena.
Y tu mi amor que eres salobre,
tibia como la arena de la playa
rodea tu corazón de caracolas,
fluye en la espuma fresca del océano
Para calmar tú sed sin más demora.
Como me agrada que tu alma consagre el pensamiento,
que tus sentidos fluyan al compás del viento.
Quiero unirme a tu sangre
y recorrer el miedo de un instante,
estar en ti para salvarte.
Sentir que me llaman tus palabras humedecidas por el llanto,
o temblar de emoción cuando tu vida es canto.
Mi amor por ti amda mía,
es como velo de estrellas que forman la sustancia.
Por eso en tu sangre formo parte y
En tus sentidos mi amor es expectante.
Como me gustaría nacer entre tus brazos
Y crecer para mirarte anciana.
Ser tu hijo en un abrazo que nunca tenga mañana.
Mi pensar amada mía, siempre descubre el camino hacia ti.
Siempre hay un río de ternuras, un manojo de dulzuras,
y una alegría de quererte así.
Ahora mi bien te siento ilimitada.
Ya mi alma quizá no alcance tu alma.
Ya te acercas tal vez en nebulosas
Y en mis ojos se vierte alguna lágrima.
Pero cuando te veo en la tierra
Muy cerca de las cosas
Mi sangre y tus espigas se tornan primorosas.
Por eso siempre callo cuando espero
Mitigando las horas y el silencio
Pues soy poeta y me muero
Si tu amor no llevo dentro.
Ya el sol bosqueja señales en tus sábanas
Mientras el alba extiende sus afanes de la mañana casi oscura.
Solo nuestras almas saben del pasado
Pues en ellas se tejen las frondas y los versos
Del amor que nos midió.
Por eso yo, navegante del amor eterno, vislumbro en ti el resplandor
Y veo estrellas que siempre te acompañan
Junto al valle tangible de tu voz.
Por eso a ti te he querido desde siempre
Y te he amado desde antaño cada día,
desde que Dios regara la simiente o yo te escribiese poesía.
Antes que tus pies llegaran a la arena
O que tuvieses frío en las tinieblas.
Hay cosas linda mía que forman el misterio;
Tu luz, llegando desde siempre, con ausencia de las sombras.
Tú lo invades todo: la luz de las ventanas y el huerto iluminado,
la claridad de las noches y el verso perfumado.
De tus manos se escapa toda luz
Y el despuntar del día comienza en la punta de tus dedos.
Y tu palabra y tu piel y tus sentidos cubren el espacio.
Ya el tiempo regresa de tus costas, de tu luz y tus encantos,
Ya gime cargado de sorpresas.
Viene contigo desde el infinito con la fuerza de amor resplandecido
Viene hecho sangre y hecho alma, viene cargado de ti hecha mujer.
Y tu mujer estás en el relevo de mis horas mustias las cuales cambiarás para el amor.
Y me llevarás a las alturas donde tendremos mas espacio para mirar el infinito.
Bajaremos a las cumbres y haremos el hechizo, allí recorreremos los ríos y los caminos, juntos buscaremos al hijo de los bosques. Y seremos tres, solo tres como un muro de silencios.
Y entonces el futuro explotará desde tus dedos,
se hará luz y se iluminarán los bosques.
Se expandirá el infinito más allá del infinito,
y seremos tres viajando las estrellas.
Recibe un beso en tu alma
Justo para que el mundo no olvidara los rasgos del amor más sublime.
Ahora entiendo porque Dios hizo la luz como tus ojos
Tu amada mía llenas todos los rincones de mi alma.
Por eso formas el universo
Pletorito de estrellas.
Por eso tu luz enciende mi alma,
Y es tanto el calor con que te amo
que estoy ardiendo en llamaradas
Llamaradas de luz veras un día
para que todo lo que exista
resurja con tu encanto y tu alegría.
confía en mi para sembrar
semillas del mañana, Vamos a trillar la tierra y adornemos
el mundo con sus frutos, tengo canastos que pueden ser llenados,
aromas y flores para el pensamiento
y agua del río para la herida que llegue a tu costado.
Quiero morar tu corazón desnudo,
recostarme en tu vientre y escuchar los murmullos
del beso febril que te hayan dado.
Yo te llevé hasta el mar. No estabas sola
y te llevé en mis brazos
para que tus pies no se quemaran en la arena.
Y tu mi amor que eres salobre,
tibia como la arena de la playa
rodea tu corazón de caracolas,
fluye en la espuma fresca del océano
Para calmar tú sed sin más demora.
Como me agrada que tu alma consagre el pensamiento,
que tus sentidos fluyan al compás del viento.
Quiero unirme a tu sangre
y recorrer el miedo de un instante,
estar en ti para salvarte.
Sentir que me llaman tus palabras humedecidas por el llanto,
o temblar de emoción cuando tu vida es canto.
Mi amor por ti amda mía,
es como velo de estrellas que forman la sustancia.
Por eso en tu sangre formo parte y
En tus sentidos mi amor es expectante.
Como me gustaría nacer entre tus brazos
Y crecer para mirarte anciana.
Ser tu hijo en un abrazo que nunca tenga mañana.
Mi pensar amada mía, siempre descubre el camino hacia ti.
Siempre hay un río de ternuras, un manojo de dulzuras,
y una alegría de quererte así.
Ahora mi bien te siento ilimitada.
Ya mi alma quizá no alcance tu alma.
Ya te acercas tal vez en nebulosas
Y en mis ojos se vierte alguna lágrima.
Pero cuando te veo en la tierra
Muy cerca de las cosas
Mi sangre y tus espigas se tornan primorosas.
Por eso siempre callo cuando espero
Mitigando las horas y el silencio
Pues soy poeta y me muero
Si tu amor no llevo dentro.
Ya el sol bosqueja señales en tus sábanas
Mientras el alba extiende sus afanes de la mañana casi oscura.
Solo nuestras almas saben del pasado
Pues en ellas se tejen las frondas y los versos
Del amor que nos midió.
Por eso yo, navegante del amor eterno, vislumbro en ti el resplandor
Y veo estrellas que siempre te acompañan
Junto al valle tangible de tu voz.
Por eso a ti te he querido desde siempre
Y te he amado desde antaño cada día,
desde que Dios regara la simiente o yo te escribiese poesía.
Antes que tus pies llegaran a la arena
O que tuvieses frío en las tinieblas.
Hay cosas linda mía que forman el misterio;
Tu luz, llegando desde siempre, con ausencia de las sombras.
Tú lo invades todo: la luz de las ventanas y el huerto iluminado,
la claridad de las noches y el verso perfumado.
De tus manos se escapa toda luz
Y el despuntar del día comienza en la punta de tus dedos.
Y tu palabra y tu piel y tus sentidos cubren el espacio.
Ya el tiempo regresa de tus costas, de tu luz y tus encantos,
Ya gime cargado de sorpresas.
Viene contigo desde el infinito con la fuerza de amor resplandecido
Viene hecho sangre y hecho alma, viene cargado de ti hecha mujer.
Y tu mujer estás en el relevo de mis horas mustias las cuales cambiarás para el amor.
Y me llevarás a las alturas donde tendremos mas espacio para mirar el infinito.
Bajaremos a las cumbres y haremos el hechizo, allí recorreremos los ríos y los caminos, juntos buscaremos al hijo de los bosques. Y seremos tres, solo tres como un muro de silencios.
Y entonces el futuro explotará desde tus dedos,
se hará luz y se iluminarán los bosques.
Se expandirá el infinito más allá del infinito,
y seremos tres viajando las estrellas.
Recibe un beso en tu alma
A MIS HIJOS
Mis hijos/*
Ya mi sangre se fue hacia otras venas
Y poco a poco el corazón declina.
Ya las flores crecieron regadas de mi mano y sus pétalos esparcen aroma en otras vidas.
Ya mi cuerpo, señor, cansado esta pidiendo un reposo que abone los jardines, un recodo de paz... en tus confines.
Por eso, Dios, siembra mi cuerpo junto a las flores que tu luz me ha dado, hazme raíces, prolonga el gozo que tu me has regalado.
Ya los cantos de amor bien concebidos son un preludio de mi muerte bella, y en la conciencia de quererlos tanto,
Yo he sido luz..., ellos estrellas.
Reciban un beso en sus almas
Ya mi sangre se fue hacia otras venas
Y poco a poco el corazón declina.
Ya las flores crecieron regadas de mi mano y sus pétalos esparcen aroma en otras vidas.
Ya mi cuerpo, señor, cansado esta pidiendo un reposo que abone los jardines, un recodo de paz... en tus confines.
Por eso, Dios, siembra mi cuerpo junto a las flores que tu luz me ha dado, hazme raíces, prolonga el gozo que tu me has regalado.
Ya los cantos de amor bien concebidos son un preludio de mi muerte bella, y en la conciencia de quererlos tanto,
Yo he sido luz..., ellos estrellas.
Reciban un beso en sus almas
Y tú gabriel
Y tú Gabriel llegaste para iniciar un viaje montado
en la bruma de verdes infinitos
y estás sembrando árboles para que mis ventanas demarquen los paisajes,
donde hueles a verde de montañas.
Sube a la cima y recoge el viento que te araña
observa como sopla el viento en los tejados,
quizás no sepas del color de las cayenas
Porque no has visto llorar la primavera.
Ven conmigo hijo mío.
ven a contemplar la vida y recoge en el verde
el canto sutil de la esperanza.
Ya formaste la historia cuando pasas
y al pasar, dejas silencio entre las cosas.
Que de cristal sea tu vida.
de cristal tus pensamientos
que tengas el río de espuma
Que cantes coplas al viento.
Tu que eras hijo del amor mas esperado
tejido entre los bosques y el silencio,
que te amo hoy y te amé ayer. Quiero
que vengas hasta el prado.
Allí te contaré la historia del pasado.
Allí sembraremos cedros, nardos o parrales.
y los dos seremos uno como un muro de silencios
para ocultar secretos de mis amores otoñales.
te quiero así, cómplice de mis pasiones.
Y a ti hijo mío, que te busque en mil noches de silencio,
que te busque en los rostros y en los sueños
hoy te siento cercano porque te llevo dentro.
Como me gusta tu alma soberana empedrada de chispa y de inquietud,
mas no dejes de contarme tus quebrantos,
para yo amar contigo lo que también amas tú.
Se como el río que marca sus riveras,
así como tus huellas bordearon a mis pies
solo deja llegar en primavera
Lo que el invierno triste te negó una vez.
Recuerda hijo mío, cuando tus energías y mis ímpetus se junten, livianos llegaremos a la cumbre donde seremos uno y solo uno, como un muro de silencios..
Recuerda que la cadencia de tu vida
entrelaza el atisbo de mi vida.
pues debes tender tus redes a mis brazos
y pescar el amor de mis querencias.
Tu alma sin confines está cerca de Dios que te bendice,
por eso Dios te favorece en los momentos más difíciles. .
también yo te bendigo.
Te amo tanto hijo mío, que hasta adoro el gesto travieso de tus pies.
y cada sitio que caminas, cada instancia y cada esquina.
Te amo por la forma de ser como tú eres
y nada separará el amor de nuestras vidas,
estaremos juntos como quiere el sueño.
Cuando tus pies transitan los caminos
Y respiras mirando tu semblanza
Yo siento amado hijo tu nombre entre las cosas
Y siento tus latidos en cada mariposa.
Por eso cuando viajes tal vez en un velero
sientas que las olas se tornan voluptuosas
verás allí su nombre, tu amada de las rosas.
Y cuando tu albor alcance su figura
Se llenará de ti su eterno amante.
Por eso vive las horas del futuro buscando el gozo de lo más sagrado.
Aloja en ti, el hábito inmortal de ser feliz como has soñado.
Y tú mi varón y caballero, cuando tus ojos se encienden, también se queman sabanas.
Y cuando caminamos juntos por esas rutas perdidas
no oprimimos las flores ni las piedras,
ni el dejo de la noche, Ni el canto de los pájaros.
Y así marchamos hacia el pináculo del mundo o al fondo de la tierra.
Unidos en lo humano y lo divino.
Porque tú eres consanguíneo de los ríos que siempre van al mar
Y amigo de las noches que tardan las mañanas
en ese laberinto de tu peregrinar.
Eres anochecer y sonidos, eres retumbo y canción.
eres aroma en el viento y fuego de mi fogón.
Como no festejarte hijo mío, si tu brotaste con el juramento del mundo entre tus dorsos
como no amar todo tu infinito, si con solo pensarte mi alma es todo un grito.
Como no amarte si los dos tenemos miedo
de congelar el frío que nos llega, de perdernos en las calles o en los puentes
o buscar nuestras caras en la gente.
Tendremos que fantasear las formas
en que nos une el pensamiento.
Gabriel;
Vivir en ti es transitar las imágenes,
Es como ir de quimera en quimera o de prodigio en milagros.
Por eso tus palabras se prenden en mi alma,
tú siempre serás el hijo de la magia. De la magia y el sueño.
Contigo todo se vuelve presente y llenas todo lugar y todo espacio.
Es como estar en mil lugares buscando juntos una misma cosa,
un mismo aletear, un mismo sueño.
Contigo me aprisiono al futuro de la arena en el mar, al canto de gaviotas,
al verde de tus montañas y tus cumbres borrascosas.
Recibe un beso en tu alma.
en la bruma de verdes infinitos
y estás sembrando árboles para que mis ventanas demarquen los paisajes,
donde hueles a verde de montañas.
Sube a la cima y recoge el viento que te araña
observa como sopla el viento en los tejados,
quizás no sepas del color de las cayenas
Porque no has visto llorar la primavera.
Ven conmigo hijo mío.
ven a contemplar la vida y recoge en el verde
el canto sutil de la esperanza.
Ya formaste la historia cuando pasas
y al pasar, dejas silencio entre las cosas.
Que de cristal sea tu vida.
de cristal tus pensamientos
que tengas el río de espuma
Que cantes coplas al viento.
Tu que eras hijo del amor mas esperado
tejido entre los bosques y el silencio,
que te amo hoy y te amé ayer. Quiero
que vengas hasta el prado.
Allí te contaré la historia del pasado.
Allí sembraremos cedros, nardos o parrales.
y los dos seremos uno como un muro de silencios
para ocultar secretos de mis amores otoñales.
te quiero así, cómplice de mis pasiones.
Y a ti hijo mío, que te busque en mil noches de silencio,
que te busque en los rostros y en los sueños
hoy te siento cercano porque te llevo dentro.
Como me gusta tu alma soberana empedrada de chispa y de inquietud,
mas no dejes de contarme tus quebrantos,
para yo amar contigo lo que también amas tú.
Se como el río que marca sus riveras,
así como tus huellas bordearon a mis pies
solo deja llegar en primavera
Lo que el invierno triste te negó una vez.
Recuerda hijo mío, cuando tus energías y mis ímpetus se junten, livianos llegaremos a la cumbre donde seremos uno y solo uno, como un muro de silencios..
Recuerda que la cadencia de tu vida
entrelaza el atisbo de mi vida.
pues debes tender tus redes a mis brazos
y pescar el amor de mis querencias.
Tu alma sin confines está cerca de Dios que te bendice,
por eso Dios te favorece en los momentos más difíciles. .
también yo te bendigo.
Te amo tanto hijo mío, que hasta adoro el gesto travieso de tus pies.
y cada sitio que caminas, cada instancia y cada esquina.
Te amo por la forma de ser como tú eres
y nada separará el amor de nuestras vidas,
estaremos juntos como quiere el sueño.
Cuando tus pies transitan los caminos
Y respiras mirando tu semblanza
Yo siento amado hijo tu nombre entre las cosas
Y siento tus latidos en cada mariposa.
Por eso cuando viajes tal vez en un velero
sientas que las olas se tornan voluptuosas
verás allí su nombre, tu amada de las rosas.
Y cuando tu albor alcance su figura
Se llenará de ti su eterno amante.
Por eso vive las horas del futuro buscando el gozo de lo más sagrado.
Aloja en ti, el hábito inmortal de ser feliz como has soñado.
Y tú mi varón y caballero, cuando tus ojos se encienden, también se queman sabanas.
Y cuando caminamos juntos por esas rutas perdidas
no oprimimos las flores ni las piedras,
ni el dejo de la noche, Ni el canto de los pájaros.
Y así marchamos hacia el pináculo del mundo o al fondo de la tierra.
Unidos en lo humano y lo divino.
Porque tú eres consanguíneo de los ríos que siempre van al mar
Y amigo de las noches que tardan las mañanas
en ese laberinto de tu peregrinar.
Eres anochecer y sonidos, eres retumbo y canción.
eres aroma en el viento y fuego de mi fogón.
Como no festejarte hijo mío, si tu brotaste con el juramento del mundo entre tus dorsos
como no amar todo tu infinito, si con solo pensarte mi alma es todo un grito.
Como no amarte si los dos tenemos miedo
de congelar el frío que nos llega, de perdernos en las calles o en los puentes
o buscar nuestras caras en la gente.
Tendremos que fantasear las formas
en que nos une el pensamiento.
Gabriel;
Vivir en ti es transitar las imágenes,
Es como ir de quimera en quimera o de prodigio en milagros.
Por eso tus palabras se prenden en mi alma,
tú siempre serás el hijo de la magia. De la magia y el sueño.
Contigo todo se vuelve presente y llenas todo lugar y todo espacio.
Es como estar en mil lugares buscando juntos una misma cosa,
un mismo aletear, un mismo sueño.
Contigo me aprisiono al futuro de la arena en el mar, al canto de gaviotas,
al verde de tus montañas y tus cumbres borrascosas.
Recibe un beso en tu alma.
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