CARTA A VERONIKA


¡Ojalá! Estuvieras aquí dijiste un día;
como si el viento hubiese borrado todo,
Como si no quedase el recuerdo
de lo que fue visible codo a codo.
Y entonces por que morir?
Si la fragancia del recuerdo también vive
y en ella transformamos y con ella amamos?
Deja que el viento lleve también sus soledades,
deja que en la antesala del zaguán herido
resuene el timbre, el timbre dulce que alabará tu oído.
Y será cierto como luz del día, que
habrá un amigo deseando compañía,
que a tus ojos vendrán nuevas imágenes...
que llenarán tu alma de nuevas poesías.
Ya sabes, puedes contar conmigo.

Entrelazando pupilas serás feliz cuando lo escuches;
entonces amarás con todo,
con el límpido cielo y lo sucio del lodo.
Y serás tú la primavera sin dureza de montañas.
serás como un sendero de caminitos de invierno
resbalando entre las piedras que tus pies van recorriendo.

Y vencerás entonces sin saber que un día
la vida misma te llenó de infamias;

Será eso y no otra cosa,
un aletear de alas,
un vuelo de las mariposas.

Entonces se enredarán tus ojos en los lirios,
en los arroyos tus labios sonreirán,
sentirás a los ángeles rezando
cuando Dios te permite descansar.
Sentirás latidos y sentirás amor
no sabrás entonces si te están pensando,
o eres tú que piensas sin ningún dolor.

Todo será así cuando suspires
y encuentres en el otro el eco de tu ser,
de ser como tú eres, de ser como tú piensas
sin nada que esconder.
Será libre y desnuda tu conciencia,
serás tu misma con tú propia esencia,
fiel a tus ansias y fiel a tu existencia.

Y como sé que el viento volverá por tus balcones,
Es que me alegra verte en tú ilusión.

Recibe un beso en tu alma.