Y tú gabriel

Y tú Gabriel llegaste para iniciar un viaje montado
en la bruma de verdes infinitos
y estás sembrando árboles para que mis ventanas demarquen los paisajes,
donde hueles a verde de montañas.

Sube a la cima y recoge el viento que te araña
observa como sopla el viento en los tejados,
quizás no sepas del color de las cayenas
Porque no has visto llorar la primavera.

Ven conmigo hijo mío.
ven a contemplar la vida y recoge en el verde
el canto sutil de la esperanza.

Ya formaste la historia cuando pasas
y al pasar, dejas silencio entre las cosas.

Que de cristal sea tu vida.
de cristal tus pensamientos
que tengas el río de espuma
Que cantes coplas al viento.

Tu que eras hijo del amor mas esperado
tejido entre los bosques y el silencio,
que te amo hoy y te amé ayer. Quiero
que vengas hasta el prado.

Allí te contaré la historia del pasado.

Allí sembraremos cedros, nardos o parrales.
y los dos seremos uno como un muro de silencios
para ocultar secretos de mis amores otoñales.
te quiero así, cómplice de mis pasiones.

Y a ti hijo mío, que te busque en mil noches de silencio,
que te busque en los rostros y en los sueños
hoy te siento cercano porque te llevo dentro.

Como me gusta tu alma soberana empedrada de chispa y de inquietud,
mas no dejes de contarme tus quebrantos,
para yo amar contigo lo que también amas tú.

Se como el río que marca sus riveras,
así como tus huellas bordearon a mis pies
solo deja llegar en primavera
Lo que el invierno triste te negó una vez.


Recuerda hijo mío, cuando tus energías y mis ímpetus se junten, livianos llegaremos a la cumbre donde seremos uno y solo uno, como un muro de silencios..

Recuerda que la cadencia de tu vida
entrelaza el atisbo de mi vida.
pues debes tender tus redes a mis brazos
y pescar el amor de mis querencias.

Tu alma sin confines está cerca de Dios que te bendice,
por eso Dios te favorece en los momentos más difíciles. .
también yo te bendigo.


Te amo tanto hijo mío, que hasta adoro el gesto travieso de tus pies.
y cada sitio que caminas, cada instancia y cada esquina.

Te amo por la forma de ser como tú eres
y nada separará el amor de nuestras vidas,
estaremos juntos como quiere el sueño.

Cuando tus pies transitan los caminos
Y respiras mirando tu semblanza
Yo siento amado hijo tu nombre entre las cosas
Y siento tus latidos en cada mariposa.

Por eso cuando viajes tal vez en un velero
sientas que las olas se tornan voluptuosas
verás allí su nombre, tu amada de las rosas.

Y cuando tu albor alcance su figura
Se llenará de ti su eterno amante.

Por eso vive las horas del futuro buscando el gozo de lo más sagrado.

Aloja en ti, el hábito inmortal de ser feliz como has soñado.

Y tú mi varón y caballero, cuando tus ojos se encienden, también se queman sabanas.

Y cuando caminamos juntos por esas rutas perdidas
no oprimimos las flores ni las piedras,
ni el dejo de la noche, Ni el canto de los pájaros.

Y así marchamos hacia el pináculo del mundo o al fondo de la tierra.
Unidos en lo humano y lo divino.

Porque tú eres consanguíneo de los ríos que siempre van al mar
Y amigo de las noches que tardan las mañanas
en ese laberinto de tu peregrinar.

Eres anochecer y sonidos, eres retumbo y canción.
eres aroma en el viento y fuego de mi fogón.

Como no festejarte hijo mío, si tu brotaste con el juramento del mundo entre tus dorsos
como no amar todo tu infinito, si con solo pensarte mi alma es todo un grito.

Como no amarte si los dos tenemos miedo
de congelar el frío que nos llega, de perdernos en las calles o en los puentes
o buscar nuestras caras en la gente.

Tendremos que fantasear las formas
en que nos une el pensamiento.

Gabriel;
Vivir en ti es transitar las imágenes,
Es como ir de quimera en quimera o de prodigio en milagros.

Por eso tus palabras se prenden en mi alma,
tú siempre serás el hijo de la magia. De la magia y el sueño.

Contigo todo se vuelve presente y llenas todo lugar y todo espacio.

Es como estar en mil lugares buscando juntos una misma cosa,
un mismo aletear, un mismo sueño.

Contigo me aprisiono al futuro de la arena en el mar, al canto de gaviotas,
al verde de tus montañas y tus cumbres borrascosas.

Recibe un beso en tu alma.