QUIERO QUE SEPAS PEQUEÑA



Quiero que sepas pequeña lo que quizás algún día,
té contaron de otra forma sin saber que no entendías.
Vas a saber lo que quiero,
que soy poeta y me muero por enseñarte en la vida,
y hasta el por que de la luz que a lo lejos da el lucero, y hasta por que me desvivo cuando andaregueando el monte,
busco calmarme la sed con agua de tinajero.

Sabrás también hija mía, lo bello que es el amor,
el amor sincero y dado, sin que lo abrase el pecado
ni lo atormente el rencor.

Sabrás por que en los caminos se encuentran piedras tan grandes,
que al tropiezo nos dan sangre y nos enseñan mejor.

Sabrás que somos amigo y que entre tu vida y yo,
sólo existe un breve espacio del tamaño de una flor.

Grande sería mi pecado si me callara en tu voz,
si me cruzara de brazos para verte caminar,
si por caminos tortuosos te dejara despeñar.

Eres cual polen de flores que en el aire se remonta,
y al soplo de alientos vas encausando tu camino,
sabrás también que el timón que de tu mano voltea,
tiene huellas de tu padre y los versos de un amigo.

Sabrás también hija mía que una lagrima conmueve,
que una risa al aire estalla y una tristeza nos cala,
y que es bonito y sabroso cobijarnos cuando llueve.

Sabrás de grande que un hijo deja por dentro la huella,
que forma savia en el tallo y que su luz es de estrella.

Que cuando llantos escuches pensarás que son sus llantos,
buscarás cosas de estuche y recurrirás al canto;
Será tu vida, claro!, Lo amarás tanto.

Temblarás hija mía, cuando al parecer sobre una ola,
una cabeza pequeña a lo lejos se hunde sola.
Y en el trapecio de un parque se le deslice la mano,
o en la rodilla sangrienta ves que se forma el grano.

Sabrás también hija mía lo lindo de las palabras,
las palabras sin castigo que en la niñez recibiste,
sabrás lo lindo que es ver al pájaro que en la mano,
en confianza come alpiste.