ESA CANCION TAN TRISTE

Esa suave canción que estás oyendo
Tiene mucho de mi alma y de mi vida.
Tiene mucho de ti, y en mis secretos está la lágrima que rueda todavía.

Y se parece a mi alma
Porque en ella brotan notas de amor y fantasía.
Son ternuras rotas, son quejas sin calma, que aprisionan fuerte las penas del alma.

Parece que brotara de un lago dorado,
Y de su orilla quieta con las mariposas, viniera a mi lado a contarme cosas.

A decirme basta no pienses en ella.

¿Y en ondas de luna quedarme sin verla?

Eso no es posible, pues mi amor es inmenso, más inmenso sin ella.
No podría viviendo ser como una estrella; la estrella es lejana, y yo la prefiero junto a mi ventana.

Esas notas hablan, esas notas lloran.
Parecen un recuerdo que viviera ahora;
Y hasta su perfume su atuendo de flores, llegan a mi mente como luz de aurora.

Esa canción congoja mi alma, porque tiene el sabor de despedida, de esa muerte fatal e inoportuna,
Que ciega de dolor toda mi vida.

ABANDONO

Me llegas en la brisa en tardes de abandono,
siento que me eriza un nudo en la garganta
de saber que no estás como otras veces.

De saber que me voy y no tenerte
de sentirme tan solo como flor escondida
en un desierto.

Sobre mi alma siento un frío de nieve
que congela tu amor que muerto dices,
no queda nada, se borraron de ti las cicatrices.

Todo se fue... tragado fue por el olvido,
como el tiempo perdido en lejanías,
como luz intocable y las manos vacías.

En tardes como esta te esperaba
para darnos los dos los mismos besos
susurros de ansiedad con tu sonrisa.

Ya no es igual el canto que me llevo
te perdiste en lujurias detrás de los espejos
triste de ti, tristeza mía, tristes los dos como un reflejo.

Te amé, no estás, y sin embargo quizás te ame todavía,
en esta soledad de tu abandono mi cuerpo clama una esperanza
buscando en el fondo interminable lo que fuiste.
.

hoy mis palabras son un canto
un evocar allí junto a mi lecho
donde tu amor fue entrega entre mis brazos.

hoy vago en el aire dibujando tu ausencia
y diviso tu nombre en lugares dispersos,
y en papeles con sangre donde escribí tus versos.

Diviso tu nombre en las selvas dormidas,
en las fuentes de ríos y neblinas brumosas,
y en los cantos de pájaros posando en las copas

Y diviso tu nombre más allá de las noches
con estrellas cayendo en montañas lejanas,
y en la plaza y el puente... y las playas cercanas.

No sé como borrarte después de tu abandono.
no sé como olvidarme del fuego de tu boca
del hambre de tus palabras, de la sed que me provocas.

De tu cuerpo ceñido junto al mío,
del temblor de tu vientre entre mis manos
del quejido en el espasmo y del ¡ay!... mi amor cuanto te amo.

POEMA DE GERARDO OMAÑA MARQUEZ