La despedida me fuediciendo adiós
bordando los recodos de
mi alma y apresando mi nostalgia.
Y así prosigue bordando con
susurros toda la gama de
sentimientos que quieren
escapar desde mi pecho para
aletear sonoros en el viento.
Ella me envuelve, me llena de
neblina y me sumerge, mientras
su adiós me inmanta para
seguir sus pasos con lágrimas
de sangre.
Parece que el volver se aleja,
más yo sigo el sendero recordando versos,
devolviendo el eco para confundirla
y negando ausencia para estremecerla.
Allí estoy con los brazos abiertos para auyentar la soledad,
para renacer y sentirme libre de amar amando hasta la muerte.
8 comentarios:
Tristes las despedidas, sobre todo, cuando hay siempre uno que sufre mas.
Un biquiño.
Modera los comentarios, pero siempre es bueno leer los buenos y malos. Se aprende mucho.
Otro biquiño
Tristes si, pero al menos existen, más duro es cuando todo se difumina sin siquiera un adiós, sin poder saber el momento de cuando dejar caer la lágrima herida...
Qué así sea...abierto a amar y recibir amor.
Besos para ti.
mar
Todas las despedidas son tristes...
Se cierra una puerta,que a su vez... abre otra...puede...que más grande.
Preciosa
Un Besazo
Que triste suelen ser siempre las despedidas, aún sabiendo que se va a volver.
Precioso tu poema, amigo.
Un beso tierno y dulce para ti.
** MARÍA **
No te despisdas Gerardo ahora que yo regresé
Un beso :-)
Preciosas palabras resuenan como un aria de Bach.
No se despida mi querido Gerardo, siempre es tiempo.
M.
Maravillosas son las oportunidades que la vida regala. A veces decir adiós, es una sonrisa para un futuro lleno de magia y amor.
Un abrazo Gerardo :)
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