PARÁFRASIS DE UN RELATO


Melancólicamente en la barra de un bar.
ella lo encuentra.
Lo observa moviendo los hielos tintineantes
mientras el humo de cigarros envuelven el salón.

La gente gesticula, van y vienen,
regodeando historias bajo las luces de neón.
Todo pasa cerca de ti:
los gritos, la música estridente, las quejas y el rechazo,
los besos, los abrazos, los choques de los vasos,
las caras dormitadas, las manchas del carmín.

Ella se acerca, lo saluda tiernamente,
él se desconcierta mirando ensimismado
sus ojos azulados de un tierno cobijar.

¿Estás solo? le pregunta. mientras él asiente
sintiendo su mirada con humedecer de labios
como queriéndole besar.

Se acerca susurrándole palabras al oído
y un largo escalofrío su espalda recorrió,
se erecta y entre copas charlando amenamente
se besan sin palabras perdiendo la noción.

Es tarde, se marchan abrazados
cruzando el callejón.
Un raro pensamiento de besos conocidos
sintiéndola tan cerca le agita el corazón.

Subieron a una alcoba ruidosos de placer,
se entregan y se acoplan cual almas que gemelas
vivieron un ayer.

desnudos en la cama se entregan en los juegos
y un éxtasis profundo los llena de emoción,
parece ser un sueño que ambos conocían
parece algún misterio de paz en el amor.

Y entonces él pregunta. ¿Por que viniste a mí?,
sonriendo ella le dijo. Sabía que eras tú.

Los besos sucedieron llorando en el reencuentro
volviendo a ser como antes... los dos en un amor.